ALGUNOS TRAZOS SOBRE LA CRÍTICA
- Psicología Política
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¿Dónde se produce el “sentido común” en base al cual construimos un determinado comportamiento cotidiano? Esta pregunta, en realidad, hace parte de un cosmos muy grande de interrogantes mayores, cuya investigación corre a cargo de ese pensamiento social, filosófico, psicológico, etc. que algunas posturas políticas conservadoras hacen blanco de un desprecio no muy sutil.
Vladimir Carrillo Rozo
Al hablar de crítica y de la acción de transformar críticamente, deben recordarse las conocidas iniciativas de varios gobiernos del mundo, que intentan suprimir o restar espacio al estudio de la Filosofía, las Humanidades o los estudios sociales en general, al interior de centros y programas académicos. Esa "radicalidad política" tacha de improductivo, frívolo, vanidoso, etc. al trabajo enfocado a la Teoría. En algunos lugares y ámbitos, académicos incluso, la reflexión teórica o la construcción conceptual es observada con sospecha en estos tiempos de Ilustración pasada o vencida. El eje teoría – práctica se ha redibujado de forma oportunista.
Es muy simple: cuando se convence de que la práctica es lo prioritario, que es el medio y el fin, y se genera esa especie de amputación teórica se está inoculando alguna clase de vacuna contra el libre pensamiento y la emancipación. Esta tendencia hace parte, por supuesto, de un cometido más grande, que comprende cuestiones como el proyecto neoliberal de eliminar a la propia política. En efecto, haber extendido en el imaginario popular esa idea según la cual la política carecía de utilidad real para las personas que trabajan para vivir y pagan impuestos y que los políticos y el Estado son “males” cuyo fin es parasitar a los buenos ciudadanos es una de las grandes victorias reaccionarias del pensamiento liberal. Se ha profundizado cierto “sentido común” sobre la caducidad de los proyectos de emancipación, dado que éstos necesitan de unas colectividades que se re-simbolicen y re-apropien de la política. Pues bien, la Teoría parece compartir algo de este aciago camino con la política, ambas son un poco peligrosas cuando algunas colectividades humanas hablan de emancipación.
CONSTRUCCIÓN TEÓRICA Y EMANCIPACIÓN
Evidentemente, no es demasiado frecuente el debate sobre la relación entre construcción teórica y emancipación. Cuando el concepto de hegemonía se cruzó con el hecho consumado de la globalización, entre otros, la creación sobre una teoría crítica adquirió una mayúscula dificultad; no porque los actuales fenómenos y sujetos sociales sean radicalmente distintos, sino porque la “imagen” hegemónica está demasiado profunda en la psique social. Es cierto que los retos teóricos de hoy son complejos, pero tal vez no pueda afirmarse que la dialéctica de la dominación, la ideología o las formas hegemónicas de apropiación de la realidad hayan cambiado de manera fundamental. Probablemente, han sido los factores tecnológicos los que ayudan a que todo tenga una velocidad y profundidad distintas. Hoy convivimos con sujetos sociales complejos con algunos rasgos distintos, pero que se reproducen como siempre: por ejemplo, las maquinarias humano-tecnológicas que tienen en Internet a una especie de sistema nervioso. La visión crítica sigue siendo válida, pero tiene que ir más deprisa en el abordaje de las dinámicas actuales.
Como seguramente recordamos, una parte de la tradición crítica llega con ese atrevimiento del saber que debemos a Kant, donde también existe un cuestionamiento sobre las pruebas que ha de pasar la acción de reflexionar. Podemos sintetizar lo siguiente: la crítica tiene dos grandes implicaciones; tenemos a Marx, con quien podemos asomarnos a la Historia para desentrañar las condiciones de posibilidad del orden existente, la explotación, etc. El fin de esto es visibilizar alguna clase de orden inverso, el universo de alternativas que lo hegemónico siempre está eclipsando. La Escuela de Frankfurt conduciría esta alianza hasta lo que conocemos como Teoría Crítica, una postura epistemológica que busca indagar a profundidad en la causalidad de las estructuraciones que forman la vida social; entre otras, la influencia de las relaciones sociopolíticas vigentes en el comportamiento cotidiano. La pretensión de esta tradición crítica es cierta pedagogía del cuestionamiento en torno a la producción intelectual, la genealogía de los conceptos, las tesis y los discursos, así como una revisión lógica de las terminologías, etc. En suma, la tradición crítica pretenderá un examen de las estructuras y formas de la dominación socialmente aceptadas.
Y podríamos partir de otra premisa: el proyecto de la emancipación necesita conocer las determinaciones del propio pensamiento, con objeto de imaginar otras realidades. Un pensamiento crítico nos dará lecturas sobre la textura de la realidad, pero también permitirá proyectar una imagen de lo que puede llegar a ser mediante su transformación (crítica). Este rasgo esencial, y esto es muy importante, está relacionado con una dimensión profundamente psicopolítica del individuo, aquella que denominamos “Desfase” en el Curso en Psicología Política y Comunicación de la Fundación UNED: la distancia entre cómo es verdaderamente el mundo y nuestra imagen/idea simbólica de cómo debe o nos gustaría que fuera toda la realidad (también relacionado con la Carga Simbólica y el Filtro Emocional).
En Marx, existe la sospecha de que la trivialidad puede apoderarse de los desarrollos históricos (“trivialidad glorificada inactiva”), arraigándose ésta en la práctica y la producción cultural, llenando las insuficiencias de los sujetos históricos en movimiento (1). El desarrollo de esta idea llevó al pensamiento crítico a la tesis según la cual es necesario cambiar las circunstancias de las ideas, teorizaciones e Historia presentes en la dialéctica cultural. Para lograr esto, el P Crítico (con mayúscula) necesitará un estudio muy serio de la dinámica que acompaña la marcha histórica, implica superar ciertos rasgos conservadores que transporta el razonamiento positivista.
Franz Hinkelammert: “Todo pensamiento, que critica algo, por eso no es pensamiento crítico. La crítica del pensamiento crítico la constituye un determinado punto de vista, bajo el cual esta crítica se lleva a cabo. Este punto de vista es el de la emancipación humana. En este sentido es el punto de vista de la humanización de las relaciones humanas mismas y de la relación con la naturaleza entera. Emancipación es humanización, humanización desemboca en emancipación” (2). Hinkelammert también destaca dos aspectos de Marx que, a su juicio, caracterizarían al pensamiento crítico: en primer lugar, un pensamiento crítico crearía su propia sentencia en contra de todos los dioses del cielo y de la tierra, que no reconocen que el ser humano es el ser supremo para el ser humano. Y, en segundo lugar, crea su propia sentencia en contra de todos los dioses del cielo y de la tierra, en cuyo nombre el hombre sea un ser humillado, sojuzgado, abandonado y despreciable.
1- "La trivialidad de ser del proceso histórico es entendida a través de conceptos ya elaborados por la Escuela de Frankfurt, como los de “cultura afirmativa”, “razón instrumental”. Estos indican que la celeridad del proceso sociohistórico redunda en una viciada y circular forma de sociabilidad, cuyo fin es la desarticulación del carácter activo y crítico del sujeto histórico. La agresividad de estas formas luego resurge con fuerza cuando, inevitablemente, la tendencia de la subjetivación de la vida social se impone por encima de la racionalidad unilateral del sistema capitalista. Las fuerzas sociales empujan desde abajo las estructuras fosilizadas de la vida social en la ritualidad que impone el economicismo mercantilista."(Teoría crítica y pensamiento crítico para la emancipación, Yohanka León del Río).
2- Franz Hinkelammert: Hacia una crítica de la razón mítica. El laberinto de la modernidad, Editorial Arlekín, 2007, p. 278